La insulina es una hormona producida por el páncreas que permite el ingreso de glucosa a las células.
¿Insulina? ¿Hormona? ¿Glucosa? Ya vamos. La glucosa es la energía que utiliza la célula para todos sus “quehaceres”. Pensemos que una célula es un auto y la glucosa es la bencina. Nuestro cuerpo está compuesto por billones de células en constante reproducción. O sea, billones de autos en nuestro organismo necesitan bencina constantemente para que todo funcione correctamente. Ahora, para poder llenar el auto, necesito abrir la tapa de la bencina, y la llave que abre esa tapa es la insulina.
También es importante aclarar otro concepto: en general siempre se escucha de la insulina en relación al azúcar, la diabetes, etc. Pero hay mucho más de esta hormona que su relación con el “azúcar” (¿hormona? Ahora lo aclaro: es un “mensajero” que circula por el cuerpo ejerciendo distintas funciones). La insulina finalmente tiene efectos en varios tejidos de nuestro cuerpo, que es lo que vamos a ver ahora.
El tejido adiposo (más conocido como nuestra “grasa”), no es un tejido flojo como muchos piensan, todo lo contrario, produce muchas hormonas y moléculas a cada instante con funciones muy importantes para nuestro cuerpo. Cuando existe sobrepeso u obesidad (en otras palabras, exceso de grasa), se producen cantidades elevadas de estas moléculas, que hacen que dicho tejido (y otros) se vuelva resistente a la insulina. Y ¿qué significa esto?
Primero, que nuestro páncreas trabaja el doble para producir mucha insulina (ya que nuestro tejido graso no responde bien a niveles normales de ésta) y además, que por más insulina que haya dando vueltas, nuestros tejidos no la pueden utilizar adecuadamente. Entonces se genera una acumulación tanto de glucosa como de insulina en nuestra sangre. Es un círculo vicioso que en el tiempo puede contribuir a diferentes enfermedades de alto riesgo cardiovascular.
Su diagnóstico se realiza a través de signos clínicos que se observan en la consulta y exámenes de sangre (HOMA-IR; examen que relaciona la glicemia e insulina en ayuno).
Tratamiento: siempre la primera línea de tratamiento es NUTRICIONAL. Es muy común que la resistencia a la insulina desaparezca con la baja de peso en personas con sobrepeso u obesidad, por esto, es lo primero que se debe hacer. *Ojo que ésta no es una condición exclusivamente de personas con sobrepeso u obesidad, pero es más común que se desarrolle en ellas. Por esto, es importantísimo mantener hábitos alimentarios saludables, mantenernos activos y con un peso adecuado estable en el tiempo.
Alimentación:
Hay que evitar al máximo los azúcares simples. ¿Cuáles son éstos? Principalmente sacarosa (azúcar de mesa) y todo lo que lo conlleva. La mayoría de los alimentos procesados tienen incorporada azúcar de alguna manera (sacarosa, jarabe de maíz alto en fructosa, glucosa, jugo de caña, caramelo, jarabe de…, syrup/sirope, dextrosa, etc). Por eso lo mejor es acostumbrarnos a una dieta más natural y leer muy bien el etiquetado de lo que compramos. Los “azúcares naturales” (miel, panela, azúcar rubia, morena, de coco, etc), siguen siendo un azúcar simple, por eso también hay que evitarlos. ¿Por qué evitarlos? Porque así ayudamos a que nuestro cuerpo no se “llene” de glucosa libre y así no tengamos que explotar al páncreas para producir exceso de insulina. *Los jugos de fruta, aunque sean naturales, también contribuyen con esto.
- Incluye en tu alimentación diaria: frutas y verduras frescas, granos integrales, proteínas de buena calidad (animal o vegetal), grasas saludables provenientes de frutos secos, semillas y aceite de oliva, y mantente hidratado y activo siempre!
Medicamentos: en algunos casos se receta Metformina (como el Glafornil) (disminuye la glicemia y aumenta la sensibilidad insulínica de los músculos), pero no siempre es necesario.
Mi opinión personal: siempre que se pueda, tratemos primero con la nutrición ♥
- Rodríguez-Rodríguez E., Perea J. M., López-Sobaler A. M., Ortega R. M.. Obesidad, resistencia a la insulina y aumento de los niveles de adipoquinas: importancia de la dieta y el ejercicio físico. Nutr. Hosp. [Internet]. 2009 Ago [citado 2018 Ago 24] ; 24( 4 ): 415-421.
- Acosta García Edgar. Obesidad, tejido adiposo y resistencia a la insulina. Acta bioquím. clín. latinoam. [Internet]. 2012 Jun [citado 2018 Ago 23] ; 46( 2 ): 183-194.